En absoluto silencio se observa la mirada
que perdura frente a uno, suavemente sonries y largas una pequeña carcajada
la cual se convierte en seducción,
te acercas y me dices te quiero rozando tu mano con mi boca,
tan solo un respiro bastará para terminar de acercarme
y tocar tu boca con mis labios,
para luego hacerla mia.