Lo malo de sentirte alguna vez "a tres metros sobre el cielo" es que según esa mierda de ley de la gravedad, si algo sube, tiene que bajar. Y no podemos pasar mucho tiempo sin la sensación de vértigo en la boca del estómago, porque somos tan altamente volubles, que terminamos cansándonos de la monotonía. Y ahí radica la mayor regla de esta mierda de juego, sólo se trata de sobrevivir. De probar cuánto más podrás aguantar.