2 de mayo de 2012






El amor no es juguete del tiempo, no es faro que derriba una tempestad. El amor aguanta, sigue en pie, lo soporta todo hasta el final. El amor nunca muere; mientras brille una estrella que contemplar; no se agota, nace cada vez que nuestras miradas se rozan. El amor resiste a las horas, los días, las semanas, al paso de un vendaval por la ventana.
El amor vivirá mientras viva una madre; mientras haya una ciudad; mientras una mejilla se sonroje; mientras haya una sonrisa que de color a la mañana; mientras exista un piano y unas manos de nieve que lo acaricien; mientras haya un recuerdo; y la sonrisa de un niño inocente a la que la vida se presentará.
El amor morirá el día que deje de amanecer, el día que el sol se esconda porque le dé vergüenza ver en lo que hemos convertido el mundo. El día que la codicia y la envidia se apoderen de nosotros y ya no haya más miradas con palabras, ni caricias con manos entrelazadas, ni melodía para el corazón.
Amor es el brillo en el fondo de tus ojos azules. Amor es despedirse y nunca irse.
Aunque nadie nunca haya entendido esto, y luego nunca nada vaya a suceder. Aunque tu mirada nunca vuelva a quemar mi piel, ni tu sonrisa me eleve hasta el amanecer... yo sigo aferrada a ello como si me encontrara en medio de una corriente.
Ei, hola de nuevo. Aquí estamos los dos, como supone que deberíamos haber estado. ¿Qué tal te va la vida? Sigo susurrando la melodía, sigo leyendo los versos de nuestras vivencias ¿Olvidaste de qué iba la historia? Si, esa en la que hay una chica tonta.
Qué bien me hace verte sonreir… y aunque no digas lo que hay en tu mente, tan solo con que respires… para mí no hay nadie más con quien debiera estar. Es tan hermoso oírte reír.
Tengo un plan, robaré un trozo del tiempo que me sobra y me acompañarás, y susurraremos esos versos de nuevo, esos versos de nuestra historia. Y aunque no digas lo hay en tu mente… nosotros deberíamos recordar. Creemos un nuevo recuerdo. Cántame esa canción, dedícame unas palabras, robemos el tiempo y encerrémoslo en este verso, que sea eterno, eterno…
Y si esto no es amor, dime qué diablos estamos haciendo.
Atravesar el aire que nos separa y sellarlo con un beso. Si es que apenas puedo respirar… aquí tú y yo, como siempre se supone que debió ser. Y si no sabes que decir, lo entenderé, y si no te quedas… qué fácil alcanzar el sol en un amanecer, mucho más que sacar de tus labios un quizás. Nosotros deberíamos estar… nosotros deberíamos ser…
Te diré un: hasta que el viento te vuelva a traer. Y acabaremos esta historia. "Mientras escribiré los versos más tristes de la historia".