30 de septiembre de 2011

Let's have some fun

Let's have some fun.





I wanna kiss you but if I do then I might miss you, babe.
It's complicated and stupid, got my ass squeezed by sexy Cupid.

Guess he wants to play a love game.
Hold me and love me just wanna touch you for a minute
maybe three seconds is enought for my heart to quit it.




Búscate a alguien que te coma con la mirada.
Que te abarque al abrazarte, y que lo haga con tal fuerza,
que se te salgan las tripas por la boca.
Que te bese en todos los semáforos,
y que después quiera lanzarse contigo
bajo las ruedas de un camión.
Que te cubra con una manta cuando te quedes dormida,
y que le tenga envidia al sueño
por no dejarle ver quién eres cuando cierras los ojos.





No busques que te inviten a copas, que te paseen en coche,
que te hagan regalos,
que te follen medio bien y que te digan cosas bonitas...
Eso puede hacerlo cualquiera.



¿Qué queréis las mujeres? Eh, ¿qué queréis? ¡Queréis putos supermanes! Queréis tíos fuertes pero que tengan tipín, que tengan pinta de atormentados pero que sean graciosos. Os gustan poetas, pero un poco brutos. Queréis que sean constantes pero que sepan sorprenderos, queréis que sean sinceros pero que conserven el misterio, que estén locos por vosotras pero que pasen de vuestro culo. Queréis que sean guapos pero que la belleza no importe. ¡Queréis súper héroes del equilibrismo! Queréis que tengan la capacidad de abriros el cielo en un momento pero solo para vosotras. Queréis que no tengan secretos pero también que sean como desconocidos cada vez para que luego podáis sentir las putas hormiguitas en el estómago. ¡Lo queréis todo coño! Todo...










Si piensas que estás vencido, lo estás
Si piensas que no te atreves, no lo harás
Si piensas que te gustaría ganar pero no puedes, no lo lograrás
Si piensas que perderás, ya has perdido
Y es que muchas carreras se han perdido ante de haberse corrido
Y muchos cobardes han fracasado,
antes de haber su trabajo empezado
Piensa en grande y tus hechos crecerán
Piensa en pequeño y te quedarás atrás
Piensa que puedes y podrás
Todo está en el estado mental, porque la batalla de la vida,
no siempre la gana el hombre más fuerte o más ligero.
Tarde o temprano el hombre que gana
es aquel que cree poder hacerlo.





Voy a vivir de mil sonrisas, me voy a deslizar en el viento.
Voy a cambiar mis historias olvidare el pasado, porque el pasado pisado esta.
Tengo un mapa por recorrer, tengo misiones por cumplir, tengo todo para reir.




29 de septiembre de 2011

Take me out tonight. Leave me tomorro

Nadie sabe cómo ni cuándo se terminará todo esto. Quizás nunca llegue a empezar. Yo me conformo con que me quieras 5 minutos. ¿Estamos cerca del final o dónde todo empieza? Quizás todo esto no tenga sentido, quizás estemos condenados a querernos a escondidas, a ocultar las palabras. Palabras prohibidas. Quizás estemos entrando en un laberinto de dudas, amor, celos, dolor y más amor… Pero es que cada vez que te miro me pellizcas el corazón, cariño. Si, tú, que llegaste por casualidad, que me ganaste poquito a poco, que me dices lo que necesito oír en un susurro. Te quiero. Porque solo si lo dices bajito lo oiré por dentro, y me lo dices con cariño, ternura, amor. Te quiero. Como palabras arrastradas por un viento, ese viento de los días más fríos de invierno que recorre tu cuerpo con un escalofrío...Sí, repítemelo... Te quiero.
Cuando vuelvas vas a saber cuánto te he echado de menos. Aún guardo ese último suspiro tuyo, tu fragancia, tus ganas de vivir, tu sonrisa, tu maravillosa sonrisa. Oh, y ese hoyuelo que se te forma en la mejilla cada vez que sonríes, cada vez que sonríes de verdad. Ése que yo he visto… Y esto no puede haber acabado, porque aún no ha comenzado, no dejaré que muera este sentimiento. ¿Acaso no piensas, cuando estás solo, en todo lo que podríamos ser? ¿Te das cuenta? Teníamos la oportunidad de hacerlo bien, empezar de cero, juntos, algo mejor, y lo estás dejando ir… Lo dejas ir. Yo no te prometo nada, pero te querré. Por encima de cualquier cosa, te cuidaré. Y no peleemos, amor, que me pierdo en todas nuestras batallas. Y no, no me digas que nunca estaremos juntos que te llevo esperando 3 primaveras, si contamos, una vida entera.
Que yo no quise besarte, es algo complicado y estúpido… pero dicen que no se puede echar de menos algo que nunca se ha tenido. ¿Realmente nunca nos hemos pertenecido? Porque tu ausencia me ha dejado un vacío, me estás rompiendo el corazón, me lo rompes en cachitos pequeños, muy pequeños, lo desgarras con tu indiferencia... Lo dejas ir… Lo estás dejando ir.
Pero sí, oh sí, déjate llevar, que yo conduzco, yo te guío hacia un lugar donde lo amargo sabe dulce, donde los besos son obligatorios, donde las sonrisas se regalan y donde uno se puede emborrachar de felicidad… o aún mejor, de amor. Y cuando por fin te des cuenta de que esto merece la pena andaremos, correremos y volaremos hacia un sentimiento que algunos todavía llaman amor.





Be YOURSELF.

With love.





Tú, que me devolviste el rosado de mis mejillas, la sonrisa incontenible y haces que mi corazón enloquezca cada vez que veo esos ojos de cervatillo que me miran. Y yo me pregunto, ¿en qué piensas? ¿Qué está pasando ahora por tu mente? ¿Suspiras cada vez que te miro? ¿Te mueres cada vez que me he ido?

Yo, que me pierdo cada vez que sonríes. Yo, que tengo la imperiosa, irresistible, increíble, inhumana, inexplicable necesidad de abrazarte, agarrarte la mano, decirte que desde hace tiempo te estaba esperando…
Cariño, y ahora que te has ido estoy un poco perdida sin ti, estoy hecha un desastre. Y no, esto no es una carta de amor, no es una despedida.
Eh tú, que te estás alejando… no te vayas.





Agradecería una respuesta, aunque no tenga sentido. Una respuesta a la vida misma. Nosotros los humanos, seres con la capacidad de pensar y razonar, nacemos. Pero, ¿qué se supone que tenemos que hacer en la vida? Nuestro único objetivo marcado es reproducirnos para que la especie no se extinga… ¿y qué más da que haya más o menos humanos si en realidad no hemos venido a hacer nada en la Tierra? El resto de los seres vivos nacen, se preocupan por sobrevivir, no lo consiguen y mueren. En cambio, nosotros, nos pasamos la vida enredados en mil malentendidos que en el fondo no nos llevan a ningún sitio. Se supone que para ser felices no nos puede faltar dinero, salud, amor y amistad. Si falta alguno de esos cánones nos sentimos vacíos. Pero nos pasamos media vida preocupándonos y empeñándonos en alcanzar la felicidad en estado puro, el máximo, tenerlo todo y cuanto antes. Y si te paras a pensar… ¿cómo puedes ser feliz sabiendo que has malgastado la mitad de tu vida en alcanzar lo inalcanzable? Sin disfrutar de los pequeños momentos de felicidad que la vida te iba ofreciendo por el camino… Y después de todo, al final, uno se queda solo. La vida te forma como persona, los amigos, la familia, el dolor, las experiencias te van completando, te van llenando, y todo eso, ¿para qué? Para que al final, en tus últimos años de vida, cuando verdaderamente ya no te importe nada, te des cuenta de quién eres en verdad.

Estaba allí, apoyado contra una valla, esperándome, a mí. Y en cuanto alzó la mirada noté, como en un segundo, todo mi cuerpo se estremecía, primero, el corazón: me estalló, me dio un vuelco, tan fuerte que temí que él también lo hubiera oído… y me sonrió, a mí. Me desarmó con su mirada. Un escalofrío, parecido a una pequeña corriente eléctrica me recorrió la columna vertebral… y me fallaron las piernas, me sentía pequeña, ruborizada, indefensa cada vez que sonreía. Pero todo estaba bien, él estaba a mi lado. Las horas, los minutos, la imperiosa necesidad de rellenar esos silencios con palabras... cualquieras valían.
Caminábamos, y cada vez que mi mano rozaba la suya… lo necesitaba.
Nos sentamos y miramos la gente pasar, inventándonos mil historias, todos ellos ajenos a nuestras palabras, nuestros susurros, al roce de nuestros cuerpos, la intensidad de su mirada, mi temor… Y de repente todo se paró, yo notaba como se acercaba lentamente, con movimientos casi imperceptibles y, de repente nos sobrevino ese silencio. El silencio. Él me sonreía, yo no podía más que devolverle la sonrisa, mi sonrisa más sincera. Era feliz, y esperaba, que, justo en aquel momento, él también lo fuera.







Ellos, que tienen ese algo que te quita el sueño. Ellos, que te suben hasta el cielo con una palabra. Ellos, que te juran amor eterno. Ellos… que te hacen volar con un beso.
Ellos, que se olvidan de ti. Ellos, que tus lágrimas les son indiferentes. Ellos, que no les importa dónde estés. Ellos, que cambian tu corazón por el de cualquier otra, no sin antes haber destrozado el tuyo.
Pero aún así tú dime, ¿quién camina cuando se puede volar?
I'm yours.

28 de septiembre de 2011

-Tanto tiempo esperando… y no me di cuenta de que él nunca me había esperado a mí. Había seguido su camino...
-Cierra los ojos, haz como si ellos no estuvieran, no tienen por qué verte llorar… Creo en ti sin ninguna duda, volverás a encontrar la ilusión, con todas tus fuerzas y tus ganas de vivir, no necesitas nada más. Pero siempre que notes que algo se vuelve a romper en tu interior, ahí estaré yo. Escucha
:


Ha estado a tu lado todas las noches de verano, en todos tus sueños. Te ha dado todo lo que necesitabas. Pero te dijo que cerraras los ojos para soñar, que soñaras con un lugar mejor, con él, con vosotros, y cuando los abriste él ya no estaba allí. Se fue, se ha ido y, probablemente, nunca vuelva. Recoge una estrella antes de que se pierda vuestra luna y os olvide. Guarda esa estrella, para siempre; piensa en cada caricia, cada susurro, cada beso no dado, cada te quiero olvidado… Piensa en ello durante el tiempo que necesites para cerrar esa herida que se ha instalado en tu corazón, hasta que los recuerdos dejen de doler y luego, olvídalo, borra su número, no lo esperes, no pienses en ello, y, sobretodo, nunca abandones, otra luna vendrá y, con un poco de suerte, se llevará la estrella en la que ahora habitan vuestros recuerdos… y si no, piensa que los amores de verano son eso, estrellas fugaces, un espectacular momento de luz celestial, una efímera luz de la eternidad, y en un instante, se van...



...y bien, lo único que te queda por hacer ahora es esperar que, ahora que se ha ido, sea feliz eternamente.


Y espero que tú también lo seas.






















-Entonces, ¿qué hacemos con los pocos días que nos quedan?

-Sólo quiero pasar cada minuto del resto de mis días contigo.






Jamás pensé que llegaría a conocer a alguien como él, con ese don de las palabras. Cada día era capaz de sorprenderme con nuevas historias, era capaz de hacer reír hasta a la sombra más triste de aquel pueblo… pero nadie jamás lo llegó a conocer como yo.
Esos momentos que pasamos juntos permanecerán conmigo para siempre… Aún recuerdo esos pequeños comentarios que hacía, cuando decía que yo era lo más precioso que había visto, que le daba igual donde estar mientras pudiera estar conmigo… cuando decía eso todo mi cuerpo se estremecía; y le quitaba importancia a sus palabras, lo decía sin malicia, como si fuera lo más normal del mundo, como si fuera obvio que quererme se debía anteponer ante todo. Quererme era más importante que su propia vida. Me tenía totalmente atrapada. Él nunca me presionó, nunca me hizo preguntas incómodas, no me forzó a que le diera una respuesta. Nunca me preguntó si yo le quería. A veces llegaba a sentirme realmente mal pues él estaba dispuesto a quererme el resto de sus días, y me lo decía, no esperaba nada a cambio, él era feliz por el simple hecho de que me sentara a su lado, de que le abrazara, de verme aunque fuera un segundo, de compartir conmigo un saludo, un cruce de miradas. Siempre fui consciente de que no me lo merecía, no me merecía todo aquel amor, ni sus palabras. Por ello, el día que descubrí que, poco a poco, yo también me iba enamorando de él, sólo esperé a que el resto de mis días empezara cuanto antes, para poder pasar cada minuto de mi vida al lado de él.






Hoy volví al sitio en el que te vi por primera vez. Buscaba las sensaciones perdidas, las palabras olvidadas, las promesas que ya no valen nada. Quizás algún día tú también me busques, puede que yo ya no esté allí o puede que siempre te espere. No soy la única culpable, ambos lo echamos todo a perder. Las palabras ya no significan nada… no entiendo porque has tenido que irte tan lejos, yo te seguiría echando de menos igual. Ahora solo busco una mirada que me llene, que me tiendas la mano, que te des la vuelta para mirarme, perderme en tu sonrisa, una caricia, saborear tus besos, que se me erice el bello, que me recuerdes, un susurro, que me quieras 5 minutos, busco un milagro, un golpe de suerte, una máquina del tiempo que me lleve de nuevo a tu lado o un por intentarlo no se pierde nada


Me repetí a mi misma que no podía llorar. Ese agobiante nudo en la garganta desaparecería sólo, quizás unas palabras de ánimo lo aflojaran. Otra cosa era el nudo que se me había instalado desde hacía tiempo en el corazón, ese que no me dejaba respirar, ni de día ni de noche; ese que estaba alerta en cada esquina por si la suerte llamaba a mi puerta, y te encontraba, cosa que nunca sucedió; ese que hacía que cada carcajada sonara como un lamento.
Era como una enfermedad, lo recuerdo. Cada día aumentaba, se extendía y me quitaba todos y cada uno de los atisbos de felicidad que pudiera llegar a tener. Cada día lo echaba más de menos.
Toda enfermedad tiene una cura, una medicación que si la tomas regularmente puedes llegar a sanar, en mi caso a recuperar la sonrisa, las ganas de vivir. Esa cura podía ser él. Pero no lo fue. Su indiferencia era total y absolutamente mortal para mí, como un cuchillazo en el corazón, uno detrás de otro, cada vez que me ignoraba, cada vez que se sentaba a mi lado y yo pensaba que nunca lo podría tener, cada vez que besaba a esa chica con la que quizás siga… o igual ha decidido destrozar algún otro corazón más... El mío, atravesado y malherido lo único que podía hacer era lamentarse, no se me ocurrió en ningún momento que hubiera un mundo de posibilidades ahí fuera, más bien no quise verlo, yo solo lo veía a él. Tampoco podía evitar pensar que él me había querido. Me había querido, ahora me aborrecía o quizás, simplemente le era indiferente… que no supe que era peor, no lo supe y, ahora, tampoco me importa. Es algo que forma parte del pasado, un pasado que espero poder olvidar, el dolor es algo inevitable, pero siempre se puede hacer algo para que sea más llevadero.
Y yo lo quería, y aún lo sigo queriendo, probablemente nunca deje de hacerlo, quizás esta herida nunca se llegue a cerrar del todo, pero jamás volveré a caer en ese pozo oscuro del que creí que no podría salir. Por ello, yo, aquí y ahora, ante todos aquellos lectores que se hayan sentido curiosos ante mi historia, me declaro culpable. Culpable por los errores cometidos, las palabras no dichas, los consejos que no acepté y el tiempo malgastado. Pero, sobre todo, me declaro culpable por las reglas incumplidas, las locuras cometidas y por los momentos de subidón. Me declaro culpable de mi repentina libertad, de mis ganas de vivir que me consumen, de ver en cada momento una nueva oportunidad, un nuevo comienzo y una excusa para enterrar las heridas del pasado. Lo único que me queda por aclarar, algo que se quedará conmigo para el resto de los días y con lo que tendré que convivir para aprender a sacar mi vida adelante, seguir en el camino correcto, no callar ante lo injusto para poder vivir un poco más a gusto, sea como sea… es una frase, y es que:
Ahora soy una luchadora.







¿Qué es el amor? Muchos lo desean, pocos lo han sentido. Nadie sabría describir con exactitud las sensaciones que provoca; ni tampoco sabría decir las locuras a las que conlleva, ni justificar todos los porqués. ¿Es sólo un sentimiento? ¿Es un juego? Porque si lo fuera jugaría todas mis cartas. ¿Cuántos te quiero se pueden decir sin que suene empalagoso? ¿De verdad se puede olvidar un amor o solo cambia de lugar en la memoria? ¿Cuántas cosas se podrán decir con una sola mirada? ¿Cuánto tiempo es necesario para que ese sentimiento empiece a desgastarse? ¿Cuánto tiempo se puede esperar a la persona amada? Días, semanas, meses… ¿Años? ¿Cuántas veces se puede romper un corazón? ¿Cuántas horas al día se puede llegar a pensar en esa persona? ¿De verdad el corazón de un enamorado alcanza las 100 pulsaciones por minuto sin apenas darse cuenta?
¿Acaso, alguna vez, alguien logrará encontrar la definición perfecta para esta palabra? Tan perfecta que a quién la lea la haga flotar, recordar, suspirar, ansiar poder estar al lado de esa persona. Para siempre.



PD: Life is beautiful.

love

Grítalo a los cuatro vientos, escríbelo en el cielo, esto se ha acabado. Yo era feliz, y ahora mi corazón está destrozado. Mira mis lágrimas, míralas rodar por mi rostro como ríos sin un cauce fijo. Fíjate en lo que has hecho de mí, yo antes era fuerte, nadie tenía una sonrisa tan sincera como la mía… y mírame ahora, destrozada, tirada, sin fuerzas, como una marioneta cuyos hilos solo son manejados por los latidos de tu corazón, por la intensidad de tu mirada. Y lloro… lloro. Y casi sin darme cuenta llega ese sentimiento, ese sentimiento cálido en el pecho, igual que el calor que se siente en el interior después de tomar un trago de un café aún humeante, como una ráfaga de viento cálido en el rostro en pleno invierno, como la calidez de un abrazo sincero; me siento liberada… si, hablo de ese sentimiento que se tiene después de llorar, cuando las heridas del corazón han cicatrizado un poco más. Ya no caen más lágrimas por mi rostro, pero mi corazón está abrumado, antes era grande, hermoso, fuerte, lleno de amor y ahora… ahora está vacío. Late, porque tiene que hacerlo. Bombea la sangre una y otra vez… rutina; pero ya no da un vuelco con cada sorpresa que da la vida, ni parece explotar cuando la felicidad se expande por cada milímetro de mi ser, ya no se para repentinamente cuando te veo llegar, ni se acelera con la adrenalina de ser vencedor en una carrera… solo se encoje y se encoje... Solo llora.



Me exaspera la lentitud del tiempo y a la vez, me asusta su rapidez. Me asusta ver cómo pasan los días y la rutina sigue siendo la misma, me asusta que hayan pasado tantas noches sin estar a tu lado y que aún te siga echando de menos. No soporto la idea de no tenerte, de, en realidad, no haberte tenido nunca, y no veas lo que me duele pensar que nunca te voy a poder tener. Un pequeño gesto, una pequeña mirada… solo me espero eso, no, en realidad no me espero nada. Nada aparte de silencios vacíos, miradas frías y recuerdos rotos. Dedícame una última palabra, ofréceme una última rosa, dame una última oportunidad de saborear tus besos. Saborear tus besos, sentir tus abrazos… ya no me importa nada más que no seas tú. Tú, y yo a tu lado.


No… no espero que lo entiendas, este amor perdido y necesitado buscaba consuelo en los brazos equivocados, no, tampoco espero que sientas lo mismo, no espero que, arrepentido, un día vuelvas y decidas arreglar este corazón que te dejaste olvidado en una esquina de tu habitación. Si… quizás algún día quieras volver, y yo te estaré esperando. Pensarás que ilusa y perdida que estoy… pero en realidad solo estaré esperando a que te descuides para hacerte el mismo daño que tú me has hecho a mí. Así me aseguraré de que no me olvides. Seré cruel y dulce; te ignoraré y te pondré en un altar; bailaremos hasta que amanezca y discutiremos hasta que la pasión nos pueda… vas a quedar completamente atrapado. Eso sí, siempre y cuando algún día te de por volver a mi lado.


Una calle vacía, una casa vacía, y si subes por la escalera y atraviesas la primera puerta a la derecha también te encontrarás con un corazón vacío. Me pregunto dónde quedaron esos días en lo que cantábamos juntos hasta el amanecer, estoy tratando de encontrar ese amor que ahora parece tan lejano… ese amor que parecía como un eterno cielo azul. Aunque sólo sea verte una vez más, para despedirme de este sentimiento. Y aunque te vayas seguiré rezando por volver a estar entre tus brazos, recorreré el mar con la mirada, respiraré hondo y susurraré tu nombre… unas palabras de amor, tan bajito que sólo lo oiga el viento; que se lleve mis palabras, que arrastre mis plegarias hasta dónde quiera que estés tú ahora y que tu corazón te las repita.

Te prometo mi amor, te prometo que siempre habrá un hueco para ti entre mis brazos… Pero parece que tú no quieres escuchar, no quieres luchar por volver a ese sentimiento…
Oh, pero no puedo dejar de pensar… me pregunto ¿Y dónde estarán, y por qué se habrán ido todos esos recuerdos juntos? Y todo mi amor lo encerraré en una botella de cristal, decorada con mis más bellas palabras de cariño… y un día esa botella será abierta y por tanto amor que habrá allí acumulado… no podré dejar de amar a la persona que la abra.

 
Mientras tanto seguiré rezando, seguiré esperando alcanzar de nuevo tu amor, aquel amor de un eterno cielo azul…
 
Si tuviera que decir la primera palabra que se me pasara por la mente en este mismo momento sería debilidad. Soy débil. Se ha acabado, SE ACABÓ, se ha olvidado de ti, nunca volverá a ser lo mismo… esas son frases que no logro comprender, no hay sitio para ellas en mí. NUNCA nada se puede acabar, no puedo dejar que nada se acabe, al menos no puedo hasta que yo esté preparada para que se termine. No puedo comprender que una relación se acabe de un día a otro, que un sentimiento que ha tardado años en formarse se pueda quedar reducido a nada con unas pocas palabras, que tú y yo nos estemos alejando… simplemente, no lo entiendo. Yo estoy dispuesta a dar un paso, ya no tengo miedo, recorramos este camino juntos, luchemos contra el viento y la marea. Vamos, da un paso a mi lado. Caminemos juntos. Si abandonamos ahora no habrá vuelta atrás.


ODIO esos momentos como éste, en los que con unas simples palabras que te azotan la mente puedes llegar a cambiar todo. Las dices o no las dices, no hay una tercera opción. Te arriesgas o no te arriesgas. Lo peor de todo es que está en juego algo que llevabas esperando demasiado tiempo… Lo pierdes o no lo pierdes. O expones un punto de debilidad, un punto flaco en la perfecta muralla que habías construido alrededor de tu corazón para que no te hicieran daño… o te arrepientes el resto de tu vida por no haberlo intentado. No he esperado todo este tiempo, no he construido mil sueños para que al final todo se eche a perder… pero ven tú y dime, ¿quién me manda a mí soñar? Que todo lo que tú no has soñado… nos he soñado yo juntos por los dos.

ODIO pensar en el daño que sufriré… ¿Por qué vivimos pensando en el daño que sufriremos? ¿No sería mejor pensar en los momentos hermosos que vivimos? Preocupaciones y más preocupaciones… estamos enredados en ellas todo el día.

También ODIO esa sensación de impotencia, esa sensación de no poder dejarte ir… que asco. Eres como una droga, has ocupado cada centímetro de mí, lo has llenado todo con tus sonrisas, tus miradas, tus promesas... y ahora, mírame, si no te tengo me muero. Que malas son las drogas.


-Mira… no se ve el final del camino, aunque quizás ese sea el problema. Yo no veo el final del camino, pero tú no ves el principio. Venga, seamos honestos, esto se ha acabado.




Adoro que un rayo de sol se filtre por la ventana y se refleje en mi rostro y pensar que hoy puede ser un gran día. Quizás conozca a alguien nuevo; quizás me encuentre dinero por la calle; quizás me compre ese vestido que tanto tiempo llevo deseando o quizás en la esquina menos inesperada me choque con alguien que con el tiempo descubriré que es mi amor verdadero; y, entonces, recordaré este día, esta mañana, este café que me estoy tomando, estos pensamientos, este amanecer y como mi gato se acurruca en mi regazo.
Tengo la sensación de que hoy me miraré en el espejo y no me veré tan gorda, que me arreglaré aunque solo vaya a comprar el pan, que bailaré sin importarme lo que digan de mí, que gritaré todo lo que pienso por el simple placer de ser yo misma y que cometeré mil locuras solo para descubrir lo bella que es la vida… que ya es hora de salir ahí fuera, respirar bien hondo, y comerme el mundo. Si, hoy es una buena mañana.




Pero sé que también habrá días de esos que, por motivos desconocidos para los demás, incluso para mí misma me encuentre llena de ira, y no me siente con ánimos ni para hacer el desayuno. De esos días grises que vienen y van, en los que duermes más de la cuenta porque ningún agradable rayo de sol cruza tu ventana. De esos días en los que te parece que todo lo bueno engorda, es pecado o despeina. Que parece que la suerte, la alegría y las sonrisas se han escapado durante la noche por la ventana entreabierta de tu habitación…Lo único que me consuela en días como ese es pensar que, al fin y al cabo, mañana será otro día.
Las dudas se forman por todo tipo de causas. Hay muchas clases de dudas, dudas sobre uno mismo; dudas sobre sentimientos como el amor y la amistad; dudas cuya respuesta requiere algo más de tiempo sobre temas como la felicidad eterna o el dolor por la muerte de un ser querido; y sobre todo dudas hacia la gente que nos rodea. Te preguntas qué es real y qué está construido a base de mentiras y falsos gestos. Que un día te levantas, y darías la vuelta al mundo por una persona a la que quieres y después de un tiempo no te levantarías ni del sofá por ella. Y es que la amistad se desgasta, los sentimientos se apagan y las dudas siempre están ahí. Y tú dime, ¿qué es necesario para empezar a confiar en alguien? ¿Qué gesto es el que empieza una amistad o un nuevo amor? Lo más difícil es el primer paso a ciegas, un primer escalón que se sube, un miedo a que esa persona nos haga daño, a que no sea lo que buscamos… Pero si conseguimos subir el primer escalón, podremos vislumbrar el camino. Iremos subiendo, poco a poco hasta alcanzar la cima de la escalera y, no te lo niego, las vistas desde ahí son impresionantes. Algunos llaman a esto amistad, otros, amor verdadero. Todo depende del horizonte que contemples.

26 de septiembre de 2011

Prométete a ti mismo

"Prométete a ti mismo: ser fuerte y que nada pueda perturbar tu paz mental; hablar sólo de salud, felicidad y prosperidad con cada persona que encuentres; ver lo bueno de todo y hacer del optimismo una realidad; pensar sólo lo mejor, trabajar lo mejor que puedas y esperar lo mejor; ser entusiasta no solo con tu éxito sino con el de los demás; olvidar los errores del pasado y enfocarte en los logros del futuro; ser amable con todos; dedicarte a ser mejor para que no tengas tiempo de criticar a los demás; pensar lo mejor de ti mismo y proclamar esta verdad, no con palabras sino con acciones; tener fe de que el mundo esta de tu lado mientras tu das lo mejor de ti"

Espantapájaros 12 (Oliverio Girondo)

Se miran, se presienten, se desean,

se acarician, se besan, se desnudan,

se respiran, se acuestan, se olfatean,

se penetran, se chupan, se demudan,

se adormecen, despiertan, se iluminan,

se codician, se palpan, se fascinan,

se mastican, se gustan, se babean,

se confunden, se acoplan, se disgregan,

se aletargan, fallecen, se reintegran,

se distienden, se enarcan, se menean,

se retuercen, se estiran, se caldean,

se estrangulan, se aprietan, se estremecen,

se tantean, se juntan, desfallecen,

se repelen, se enervan, se apetecen,

se acometen, se enlazan, se entrechocan,

se agazapan, se apresan, se dislocan,

se perforan, se incrustan, se acribillan,

se remachan, se injertan, se atornillan,

se desmayan, reviven, resplandecen,

se contemplan, se inflaman, se enloquecen,

se derriten, se sueldan, se calcinan,

se desgarran, se muerden, se asesinan,

resucitan, se buscan, se refriegan,

se rehuyen, se evaden y se entregan.


Oliverio Girondo

Espantapájaros 12

22 de septiembre de 2011

En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser.
Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.
Las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón.
Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado.

21 de septiembre de 2011



Yo siempre me siento feliz, sabes por qué? Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele; la vida es corta, por eso ama la vida, sé feliz y siempre sonríe, sólo vive para ti y recuerda: antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de odiar, ama; antes de rendirte, intenta ! y antes de morir, VIVE.


-William Shakespeare-

12 de septiembre de 2011

Dicen que los suspiros son el aire que te sobra, cuando te falta alguien al lado. Eso dicen. Son un alivio para el corazón, un: párate a pensar, un: no te vayas mi vida. Un ruego de atención, una espina clavada por amor, una sonrisa que atisba en las comisuras de tu corazón. Son sentimientos, son pensamientos, son recuerdos que suenan a despedida, besos con sabor, caricias que rozan la pasión, son notas de una melodía que una vez siguieron el ritmo de tu corazón.
Los suspiros… dicen que son el aire que regalas, la llamada a la esperanza, la búsqueda de un nuevo color. Llenan, te vacían, cambian las notas en tu interior.Yo te invito a que te pierdas en el camino de la desilusión, para que veas, para que sientas, el peligro de un error. Miles de caminos te llevarán ahí, pero tú, tú y todo lo que eres te sacará de ese lugar, donde cuando te encuentras, significa,
que estás un poco más cerca de la felicidad.

Y cuando la boca te sepa a una amarga decepción, sube las escaleras del edificio más alto de Nueva York. Colócate frente a la más bella puesta de sol y repite, grita después de mí: SOY LIBRE.

…y después suspira. Que los suspiros van al aire y si el viento se los lleva, yo te oiré suspirar. Y suspiraré contigo, porque da igual cuán feliz sea, ahora mismo me falta el tiempo que pasé contigo, me faltas tú… tú y tus suspiros.





Olvidemos todo lo que nos hemos dicho alguna vez, hagamos como si todo hubiera sido un dulce error, antes de que se estropeen hasta los recuerdos.
Todo lo que soy, todo lo que he sido alguna vez, ya no está aquí, y no sé a donde he ido a parar.



Me tumbaría aquí mismo y me olvidaría del mundo. Dejar de preocuparse, dejar de pensar, dejarse llevar… Sólo me apetece perder el tiempo intentando encontrar de nuevo nuestra luna, esa que nos espió en aquellas noches llenas de sonrisas… Pero yo me dejo llevar, enamorarnos de nuevo será fácil, sólo hace falta que el DJ ponga nuestra canción mientras nuestras miradas se cruzan, mientras nos besamos con las palabras y nos acariciamos con la distancia.



Es difícil sobrevivir sólo con una sonrisa. Buscar la razón para ser feliz cada día. Piensa que mañana puede pasar cualquier cosa. Respira bien hondo y déjate sorprender por la vida y sus oportunidades, ¿quién sabe dónde estarás dentro de unas horas? En la cima de una montaña, nadando para alcanzar el horizonte, cruzando una mirada que te llene, saltando alto intentando alcanzar el cielo

Creo que estás muy equivocado, sólo estoy tumbada en el jardín, espiando a las rosas, sustituyendo el olor de tu piel por el frescor del césped, no espero que tú vengas aquí conmigo y te tumbes a mi lado. Pero, si estuvieras aquí, ¿lo harías? Podríamos pasarnos horas hablando, me gustaría saber cuáles son tus esperanzas, cuáles son tus sueños, y que me lleves al sitio donde los guardas. Y poder hacerte sonreir como nadie convirtiendo uno de tus sueños en realidad, y que sustituyas otro de ellos por el deseo de estar conmigo.




No espero nada, sólo estoy perdiendo el tiempo… Dejé de buscar tu mirada perdida entre la gente hace ya tiempo, cuando supe que no te habías perdido, sólo te habías olvidado de este sentimiento antes lleno de esperanza. Y ahora mi mirada está abierta a cualquiera… cualquiera puede convertirse en alguien. Alguien puede entrar de lleno en mi vida, y ocupar mi corazón. No sé lo es que es el amor, no sé lo que es la vida, estoy dejando que el amor me encuentre, estoy dejando que la vida me llene.

Cada segundo que pasa es único, irrepetible pero, a veces, tan lleno de soledad…
¿Alguna vez has sentido que lo único que importa es el siguiente momento de adrenalina? Acabas buscando algo que no termina de existir, la eterna felicidad, sin darte cuenta de que hay un espacio que se queda vacío cuando el amor se va.
Qué fácil es perder a alguien, con qué facilidad se nos escapa de las manos, con qué facilidad el corazón luego queda destrozado, y que difícil no sentir que el corazón se te escapa cuando lo qué más quieres se marcha. Puedes empeñarte en agarrarlo, sujetarlo con todas tus fuerzas pero, si se tiene que ir, se irá.
Y el corazón queda destrozado…





Una noche tu mirada, ya no me miraba igual. Por ello decidí decirle adiós a ese sentimiento que ardía en mi interior al cruzarme con tu mirada, decidí ponerme mi mejor vestido, mis más altos tacones, y salir a comerme el mundo. Iba en busca de otro tú, no buscaba la pareja perfecta, tan solo alguien a quien darle mi cariño, alguien que me hiciera dejar de pensarte.

Dejar de pensar, dejar de pensar, dejar de pensar…. poder volar.
Iba en busca de otro tú, pero me paré a pensar. Te necesito, dentro de un tiempo quizás ya no me acuerde de ti, quizás encuentre a otra persona, otra persona capaz de hacerme feliz… pero ahora no es dentro de un tiempo, ahora es tiempo de vivir. Ningún amor muere, solo cambia de lugar en la memoria, por ello quiero llevarme conmigo, al lugar donde los recuerdos perduran, tu calor. Y si tengo que irme, si me rechazas, si esto no tiene futuro, si el amor muere… quiero que sea con una batalla. Si pierdo, quiero saber que al menos he luchado por esto, que luché por estar contigo, por construir un lugar para nosotros en ese sentimiento que algunos llaman amor. Porque es ridículo ponerle nombre a algo tan hermoso, a algo tan grande.






Lucharé… si, lucharé. Sacaré mi valor escondido de detrás de este corazón fuerte y malherido. Y, si este sentimiento llega a matarme, al menos sabré que morí luchando. No pienso volver a perder otra oportunidad, no quiero seguir viendo trenes pasar, y no cogerlos por pensar que después de ese vendrá otro mucho mejor. Lo haré, lucharé; lo haré por ti, lo haré por mí. Y si la vida me da la espalda, dejaré, una vez más, que el tren pase. Habrá más, estoy tranquila… eso sí, el amor, no se encuentra en el lugar de siempre, con la gente de siempre y la misma cerveza en la mano… pero tampoco hay que salir a buscarlo. Irónico ¿verdad? Por ello me dedicaré a vivir mi vida hasta que llegue. Hasta que llegue un nuevo tú.
Pero no quiero irme a casa sin saber una cosa: Dime cuándo olvidamos que valía la pena seguir luchando por estos recuerdos... Por crear nuevos recuerdos. Nuevos, intensos, maravillosos.





Y así estaba yo una noche, que iba en tu busca,

y me encontré a mí misma.





Estoy viva. Aún me quedan mil cosas por hacer, mil experiencias por delante, mil derrotas, mil victorias, saborear lo extraño, explorar la vida, sentirla. Descubrir la gravedad cero, ser comida con la mirada, regalar sonrisas, llegar a la cima de una montaña, perderme en una isla desierta, encontrarme a mí misma, bailar hasta el amanecer, quedarme despierta solo para ver las estrellas, quedarme despierta solo para verlo soñar…
Vivir. Una palabra tan usada, pero tan mal empleada, equivocados todos en su significado, o al menos, la mayoría. No creo que nadie sepa lo que en realidad significa esta palabra, su complejidad. Mil historias escondidas detrás de cinco letras, cinco letras que lo significan todo, diferente significado para cada uno. Aún yo misma estoy intentando encontrar la definición perfecta.



Vivir… se trata de hacer que cada momento de tu vida, cada milésima de tu existencia sea irrepetible, saturada de felicidad; se trata de sufrir, de aprender de la vida, de saber sobrellevar los momentos difíciles, de tirar pa’ lante sin mirar atrás, de saber reir, pero saber llorar, de ser sinceros, pero no callar ante lo injusto, siempre; y, si quieres algo, ir a por ello, con todo tu esfuerzo, tus ganas, con la felicidad de quien está convencido de que lo conseguirá… inténtalo hasta que lo consigas. Mejor dicho, no lo intentes, hazlo.




No planifiques tu vida pensando que ello te hará más feliz en un futuro. No hagas planes. Disfruta cada segundo que tu vida como si fuera el último, el último suspiro, el último abrazo, el último beso. Porque si no disfrutas ahora, en este mismo instante de tu oportunidad, la acabarás perdiendo. Se irá, se esfumará, no quedará rastro de ella, se irá tan rápido como ha llegado y te quedarás solo con el vago recuerdo de unas miradas llenas de amor y unas promesas ahora ya vacías. Perderás eso que llevabas esperando tanto tiempo con unas simples palabras, unas palabras que ya pronunciaste. Y ya está, el daño está hecho, no hay vuelta atrás. Lo has perdido.




Vivir significa aprovechar todo cuanto te rodea, sentirte lleno de emociones, aprender, enseñar, recordar… recordar momentos felices, momentos llenos de satisfacción, mirar atrás y ver que te has convertido en quien querías ser.

Mirar atrás y pensar que la vida te está tratando bien o, al menos, no peor de lo que te podría estar tratando.





Venga, recordad, dejar que cada parte de vuestro cuerpo se llene de ese sabor a tiempos ya pasados. Pasados, pero tan dulces… aún frescos en la mente, aún capaces de hacerte estremecer. Dejar que cada parte de vuestro cuerpo se llene de vida.
Recuerda la calidez del primer beso, los escalofríos, su aliento, tu miedo, sus manos, tu deseo...
Recuerda esa vez que te prometiste algo, y lo cumpliste, superando toda dificultad, el orgullo de alcanzar una meta, lograr un sueño, poder con eso y mucho más…
Recuerda la calidez de un abrazo sincero, una amistad de hierro, porque creo en una amistad inagotable, y nadie me quitará esa idea.
Recuerda el reencuentro con alguien, volver a sentirte entre sus brazos, oir su dulce voz, saber que os queda un largo tiempo por delante uno al lado del otro.
Recuerda el último día de clase, la emoción, la risa, el verano, el olor a libertad.
Recuerda esa sensación de ingravidez, recuerda lo que es ver a esa persona, y saber no que es tuya, sino, algo mucho mejor, que te quiere, y que, en ese mismo instante, haría cualquier cosa por estar contigo.
Recuerda todos los elogios, que guapa estás hoy, te veo muy bien, qué maja eres, les has caído muy bien, tus ojos brillan, tienes el pelo precioso, transmites positividad y… ¿por qué no incluirlo aquí? Tu boca me llama.




Lo dije una vez, y lo volveré a repetir, tres palabras que lo significan todo pero que no especifican nada…
DISFRUTA LA VIDA, vívela tal y como tú lo desees, eres dueño de tu pasado, tu presente y tu futuro. Vive tu vida de tal modo que al final de ella, si te dieran la oportunidad de volver a nacer, pidieras vivir tal y como recuerdas, aprovechando cada minuto de felicidad inagotable.





Te he estado esperando demasiado tiempo, pero en cuanto apareciste pensé, ¿acaso un ángel me está sonriendo? En cuanto me acostaba mil pensamientos recorrían mi mente y pensé que el amor estaba muerto pero me reviviste, al fin y al cabo tú me puedes ofrecer amor y afecto tanto si estoy bien como mal. Sinceramente, no creo que encuentre las palabras adecuadas para describir el dolor de mi mirada reflejada en tus ojos. El dolor acumulado después de tanto tiempo… pero por fin estás aquí. Ya no habrá más excusas; más llamadas vacías; más esperar una respuesta, una mirada, un abrazo, un reencuentro... Ya no tendré que recordar nuestras miradas congeladas en el tiempo. Estás aquí, si, por fin estás aquí… y a partir de ahora solo habrá amor. Amor, y después aún más amor.


I tried to be chill but you're so hot that I melted.




No hay nada como sentir que se ha perdido algo para echarlo de menos.



Hay veces, justo cuando más lo necesitas, que no hay nada. No hay nada en la tele, no hay nadie con quién poder hablar, no hay música que escuchar porque todas y cada una de las canciones te recuerdan a él, no hay nada que leer, no hay vecinos a los que espiar y no puedes ahogar tu pena y rabia en comida porque… porque no. No es sábado y no puedes irte de fiesta y bailar hasta que salga el sol; y tampoco son horas porque suele ser bien entrada la noche, cuando estamos en nuestra cama tendidos, agotados, pero sin poder dormir, cuando todos nuestros pensamientos, nuestros problemas, ínfimas cosas en las que no habíamos parado a pensar en todo el día… se agolpan en nuestra mente en un segundo. Y lo que más desearías en ese momento es poder dormir, relajarte, soñar… pero no puedes. Y ésta es una de esas veces que, justo cuando más lo necesitas, no hay nada. Te tienes a ti, y ante una mala noticia como la recibida ese día y sin nada más que te consuele o distraiga, no tienes nada más que unas palabras en tu mente, breves, pero intensas, que, al fin y al cabo, son mejor que nada.




“Vamos, lo que sea será, soy fuerte. Brillo por mi propia luz, losé. Creo en mí. No debería esperar por nada, ni por nadie. No debería esperar momentos de felicidad, debería salir ahí afuera, buscarlos, perseguirlos y atraparlos. Sí, eso haré. Aunque, en este caso, será diferente. Serás tú el que me tendrá que lograr atrapar a mí. Vamos, ven, juntos podremos alcanzar la felicidad en estado puro. Y si no, no pasa nada. Mira que no hay gente por conocer en el mundo, historias que compartir, besos que saborear, y gente dulce. Gente amable, ociosa, divertida, tímida, sin complejos, sin miedos, respetuosos. Simplemente gente. Y, entre todos ellos, una persona dulce, una persona que resaltará entre los demás, que encajará a la perfección conmigo, como si de un todo se tratase. Amor verdadero. Qué bien suena. Pero no hay prisa, no. Yo mientras seguiré volcada en mi ardua tarea: La búsqueda de la felicidad.
Aunque una cosa está clara, la felicidad en estado puro no se encuentra en el mismo bar de siempre, con la misma gente de siempre y las conversaciones monótonas de a diario. La felicidad en estado puro, la realización como persona y el sentimiento de saber con toda certeza que estás saboreando la vida se encuentra en momentos irrepetibles; en un día a día intenso. La felicidad se trata de amanecer emocionado y radiante, sin saber las sorpresas que te deparará la vida esta vez, y anochecer sintiéndose pleno, pensando que la felicidad ha estado en la misma calle que tú, y que has mantenido una conversación con las sonrisas; se encuentra en planes fuera de lo común, en cosas nuevas, en sueños por realizar y en un presente dulce y lleno de nuevas experiencias.
Y esto, señores, es lo único que yo perseguiré eternamente, lo único que merecerá la pena esperar y seguir. Y no me importa todo el sufrimiento que haya por el camino, ni las piedras que encontraré ni los tropezones, ni las caídas… al final, la recompensa será dulce. Ya casi puedo saborearla ”.


Es duro fracasar en algo, pero es mucho peor vivir con la certeza de no haber tenido ni siquiera el valor suficiente como para intentarlo.






Música, melodía, alcohol para las heridas, fuente de esperanza.
Lentas, suaves, rápidas, pegadizas. Música para bailar hasta el amanecer y comerse el mundo… o música para enamorar, un baile de dos, sombras ligeras elevándose hacia las nubes, elevándose por amor.
Melodía para tranquilizar, para seguir el ritmo tamborileando con los dedos encima de una mesa mientras bebes algo y tu mente se ausenta, sueña… nuevas emociones, promesas aún por cumplir, deseos de amor, ansias de libertad.
Alcohol para las heridas del corazón, para olvidar un fracaso, un amor perdido, un ser querido que se ha ido, la mala suerte del destino…
Fuente de esperanzas para encontrar en cada ritmo, cada palabra, cada rima, la respuesta a todas tus preguntas.
Porque pensamos que quizás detrás de un título, se encuentre la canción de nuestras vidas, la que describirá nuestra historia plasmada en un trozo de papel. Esa canción que nos dará ánimos para seguir adelante, para luchar, para brillar. Esa canción que habla de amistad, de amor, de deseos, de esperanza… y que te acompañará en todos tus veranos y en las noches lluviosas y frías de invierno. Que recorrerá todo tu ser con un escalofrío, que te hará llorar, te hará sonreir, la sentirás muy dentro de ti. Formará parte de tu vida. Desde que la escuches por primera vez... para siempre.