15 de diciembre de 2011




Me seduce la mente.
No el corazón ni el cuerpo.
Debilita mi cerebro. Lo hace sin intención o eso creo.
Me seduce con palabras que jamás escuche.
Su voz me calma, me altera. Es distinto, peculiar. Es él, es como él quiere ser.
Sueño, sueño mirando al cielo, uniendo estrellas y creando historias. Sueños.
Sin palabras... últimamente me quedo sin palabras muy rápido.
Tendré que leer mas libros o mejor, leeré un diccionario.