25 de septiembre de 2010

. Elegí quererte y todas las consecuencias que eso conllevaba.

Elegí que tú fueses la persona que llenase mis días de sonrisas, que tu olor era el que mejor le venía a mis sábanas.

Yo elegí que me comieras a besos y también que tu voz estuviera al otro lado del teléfono.

Elegí llorar por ti de vez en cuando, creerme tus verdades y creerme a medias tus mentiras.

Elegí que no quería otros abrazos, que no quería otras manos con las mías.

Elegí nuestro mes del año y nuestro día del mes, elegí que tu fueras mi locura y mi cordura, y que llenaras el silencio de la noche con tu risa junto a la mía.

Elegí las idas y venidas, los encuentros y las despedidas.

Elegí tener y sentir miedo, y que fueses tú quien me lo quitara.

Elegí las miradas, el temblar, las risas, las lágrimas caídas de felicidad.

Elegí conservar intacto cada momento, cara recuerdo junto a ti.

Elegí que mi mayor hobbie era verte dormir entre sabanas blancas.

Elegí no callarme nada y decírtelo todo.

Elegí darte mi amor, dártelo todo.

Elegí hablar en plural cuando hablaba de ti, hablando de nosotros.

Elegí ser fuerte ante las situaciones que se me hicieran grandes, y poder salir de ellas con tu ayuda.

Elegí quedarme con tus manías, con tus defectos y con tus carencias.

Elegí hacerlo lento y con una pasión a gran escala.

Elegí estremecerme sola y únicamente con tus caricias.

Elegí el sabor agridulce de las discusiones que acababan en un abrazo.

Elegí derrumbarme cuando ya no aguantaba más, pero seguir con la esperanza de que estuvieses ahí .

Elegí arriesgar y jugarmela por ti.

Y de todo lo que elegí, no me arrepiento de nada.