22 de mayo de 2011

Me gustas sincero y mentiroso, porque te conozco cuando mientes. Me gusta que hables rápido y con ganas de contarme. Me gusta escucharte a oscuras en mi portal, imaginarme la cara que pones mientras hablas bajito y la poca luz que entra por la ventana se refleja en tu sonrisa. Me gustas los sábados por la noche cuándo te digo que me quieres más de lo normal. Me gusta cuándo respiras, cuándo te mueves dormido y cuándo noto que se te abren los ojos por las mañanas. Me gustas porque llegas a mi casa y abres muy despacio la puerta de mi habitación, porque crees que no te escucho, y porque tú no sabes que hace ya un rato que huele a ti por todas partes. Me gustas los lunes por la mañana cuando llegas con los ojos inchados del sueño, y los viernes por la noche, y tu forma de correr los domingos bajo la lluvia porque no llegamos al cine. Me gusta que te acerques despacio y me abraces por detrás, y me gusta hacerte creer que no te había visto. Me gustas con sueño, con hambre, y con ganas de libertad, me gustas todo tú, todos los días y a todas horas.