26 de agosto de 2010

A veces el conocimiento viene en forma de misterio, un misterio que hay que resolver y un misterio a resolver es una adivinanza a descifrar.
El conocimiento muchas veces viene en forma de idas y vueltas en forma de sorpresas.
Una adivinanza nos muestra algo que tenemos frente a nuestros ojos pero que no vemos, sólo hay que poder mirar distinto.
Si miramos siempre con los mismos ojos siempre vemos el mismo camino, caemos en un callejón sin salida, y eso nos entristece, nos opaca, nos mata.
En cambio cuando uno resuelve las adivinanzas se siente vivo porque le encontró la vuelta al rulo.
A veces la respuesta es tan clara que no hace falta decirla pero hay que hacerlo, así es el juego.
Resolver la adivinaza es el fin del misterio es poner un poco de luz en la oscuridad.
Una adivinanza es como cuando un nene empieza a descubrir el mundo que para el es un misterio, yo se que da miedo, pero a lo mejor esta oscuridad sea un misterio a resolver, a lo mejor esta adivinanza trae alguna respuesta inesperada.
No hay que tenerle miedo a los misterios, porque siempre estarán las adivinanzas que nos permitirán resolverlos y así poder llegar a esas verdades que necesitamos.