20 de febrero de 2011



Me encanta mirar a la gente que no conozco y sonreir a la vez.
A veces uno no se lo imagina, pero con una simple sonrisa, un gesto que no nos cuesta nada,
podemos alegrarle el rato, o el día entero a una persona.
Es que hoy en día, todos viven tan alborotados, que lo más lindo de la vida,
los pequeños detalles, se van desapareciendo poco a poco.
Así que cuando salgan a la calle, enfrenten la vida con una sonrisa y contagien a todos las ganas de vivir.