8 de agosto de 2011

Pero este había sido un día perfecto, ni una sola nube en el cielo. Había sido un día perfecto, viendo la puesta de sol desde el capó de tu coche. Con mi deseo reflejado en tus ojos que me decían ven, acércate. Anochecer contando tus lunares, amanecer con un nuevo color de tu sonrisa. Y te seré sincera, quiero que sepas, que todo lo que tenemos no es mucho, pero que deshiela los polos, que hacer sentir calor al sol, que llena corazones.