4 de febrero de 2011





No importa cuanto lo ignores, no importa cuanto pienses que no vale la pena aceptarlo,
ni fingir que se vuelve transparente,
es imposible dejarlo a un lado, darle menos importancia que la nota mas baja,
cosas así nunca pasan desapercibidas,
no hace falta preguntarse cuantas veces han pasado ya estando así,
y cuantas se han superado, pues a veces la gente perdona, pero nunca olvida,
o por lo menos no cosas como esas.
Y es que duele tanto ver como las personas queridas se autodestruyen,
duele tanto ver como sonríen inocentemente mientras caminan
hacia la boca bien decorada de la cueva sin fondo.
Y es que se siente tan mal cuando uno se da cuenta
que se ha mezclado con el problema circunstancial,
grande y difícil pero finito de la persona preciada.
Y nunca es suficiente decirnos que no nos afectara,
pues de cosas como esas, es de lo que estamos hechos.




somos seres humanos presos de esta vida.