24 de octubre de 2010

Debes llorar todo ese dolor, toda la tristeza, llorar las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, sacarlo, porque ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloras no sólo lloras el dolor, también lloras el odio, el resentimiento, la frustración y te vacías de todo eso. Cuando lloras, regas y tal vez algo florezca, porque cada lágrima trae una enseñanza, cada lágrima es una parte tuya que muere, cada lágrima es algo tuyo que quiere renacer. Y una vez que lo hayas llorado todo, toda la tristeza, la soledad, comprenderás que solamente las cosas son como son y no por eso han de ser malas. Las cosas son como son: bellas, duras, inexplicables, complicadas, hay de todo en la vida, obstáculos, sin sabores. Llora mucho, pero luego ríe porque eso hacen las esperanzas, lloran todo lo que esperan, pero ríen sabiendo lo que vendrá.